Un territorio montañoso
Viajar a Tayikistán es viajar en busca de montañas portentosas: es un viaje de aventura. El 93 % del territorio está compuesto por montañas que se encuentran a más de 3 000 metros de altitud. Las principales cadenas montañosas que dividen el país son las de Pamir, al este y las de Tian-Chan. Pamir, que recibe el apodo de "techo del mundo" gracias a sus desfiladeros a más de 7 000 metros de altitud, explica a la perfección por qué se denomina a Tayikistán como "tierra hostil" (a la vez que mágica). Alberga los glaciares más importantes del mundo, como el de Fedtchenko (el más grande del mundo, con 700 km2), que abastece de agua a todo el país y que le proporciona su carácter fértil (durante la época del deshielo). Aquí la cumbre más baja se encuentra a 4 000 m de altitud. La cadena montañosa de Tian-Chan ocupa una posición central. Allí hay multitud de ciudades instaladas en los valles, entre desfiladeros a más de 5 000 m de altitud. Viajar a Tayikistán es casi imprescindible para los aficionados al senderismo, a las caminatas y a los deportes extremos: un destino perfecto.
Estos majestuosos gigantes irrigan esta tierra hostil de Tayikistán con lagos y ríos. Existen cerca de 950 ríos, entre los que destacan el Amou-Daria, el Syr-Daria y el Zéravchan. Además, el territorio está repleto de cascadas, torrentes de aguas vivas, frescas y minerales. También hay infinidad de lagos, como el inmenso Astrakan o el profundo Sarez, que dibujan paisajes excepcionales, únicos y escasos en los desfiladeros de los valles.
©
Fauna
El territorio tayiko (donde domina la naturaleza intacta) conserva una de las faunas más salvajes y escasas del mundo: entre las llamativas especies que viven en las zonas protegidas o en los parques nacionales destacan los ciervos, los tigres y las panteras de nieve. El gobierno intenta llevar a cabo políticas medioambientales ecológicas para solucionar los estragos causados por la ocupación rusa y la industrialización.
Clima
El clima de Tayikistán es continental, con una gran amplitud térmica marcada por inviernos muy fríos y veranos suaves y secos. El viento siempre está muy presente, aunque los valles están bastante protegidos de las corrientes siberianas.
