En un país célebre por haber eliminado todas las huellas de su pasado, me pareció una idea agradable poder visitar un magnífico yacimiento antiguo como el de Apolonia, muy bien conservado y sorprendentemente con pocos visitantes, al menos durante el día de mi visita. Si bien es cierto que no queda mucho que ver en este sitio, tendrás no obstante la fortuna de poder observar la fachada del templo que aún permanece de pie, junto a un teatro y otros monumentos y antiguas ruinas.
Fundada en el año 550 antes de JC, Apolonia fue originariamente un puerto con mucha influencia localizado en el mar Adriático. Aquí hallarás también una magnífica iglesia medieval, dedicada a la Virgen María, lo cual demuestra la rápida cristianización de la región. En resumen, una bella visita que puedes incluir en tu itinerario durante tu viaje por Albania.
Una visita muy interesante para quien se interese por la historia de esta ciudad. Algunos no se considerarán "amantes de las piedras viejas", pero la historia que nos ofrecen estas antiguas ruinas nos permite sumergirnos 27 siglos atrás, en los tiempos en que Caius Octavius (sí, el emperador romano, la pax romana y todo eso!) estudiaba antes de venir al poder.
A menudo, la mayor parte de la gente se contenta con el Bouleterión, la universidad y el odeón, que se encuentran en un mismo conjunto. Tampoco pasa nada si te alejas un poco de los vestigios, ¡ya que la ciudad era realmente mucho más que eso! De este modo, podrás ver la antigua fuente y el teatro, emplazados algo más lejos. Te recomiendo también pasarte por el museo, que acaba de efectuar su reapertura al público.
¡Descubrirás un lugar rico en historia, como toda Albania! Es cierto que queda algo más que vestigios antiguos para ver aquí; si tienes tiempo, podrás observar de cerca los búnkeres y túneles de la época comunista.
Desde lo alto de la colina se distingue la casa de Léon Rey (el arqueólogo que inició las primeras excavaciones), morada que acaba de ser reconvertida en café-restaurante, ¡por lo que tendrás una vista espléndida!
¡Este sitio forma parte de los grandes clásicos en mitad de una visita por Albania!