Ubicado en el corazón del país, la pequeña ciudad de Kalofer cuenta con una rica historia a pesar de su aspecto de gran aldea adormecida. Fundada en el siglo XVI, Kalofer ha sido durante mucho tiempo un refugio de opositores del régimen otomano, contando entre sus ilustres ciudadanos al poeta nacional Hristo Botev, muy famoso por la zona. La ciudad alberga también hermosos monasterios además de unos paisajes extraordinarios de las montañas de los alrededores.
Debo admitir que a pesar de todo lo anterior, no me sentí especialmente seducido por esta ciudad, cuya historia me pareció similar a la de cualquier otra ciudad búlgara. Kalofer puede ser una bonita etapa para explorar el sur de la cordillera de los Balcanes, pero no es para nada una visita imprescindible en un recorrido por Bulgaria.