Aunque venía de Smolyan (al otro lado de los Ródope, un lugar bastante remoto también), cuando llegué a Kardzhali me dio la impresión de haber cambiado de país. Primero, por su atraso (relativo). Allí las infraestructuras son malas y la ciudad, pobre y con pocos signos de modernidad. Luego, por la población. Son mayoritariamente musulmanes de origen turco. Hay un ambiente cultural muy distinto al del resto del país.
Básicamente, Kardzhali se (re)construyó durante la época comunista. Arquitectónicamente no tiene ningún interés, si no es por su mezquita, bastante elegante, y por el monasterio ortodoxo de San Juan Bautista. Llaman la atención las dimensiones imponentes de los edificios oficiales de la época comunista.
El mercado de Kardzhali fue de lo que más me gustó. Me pareció muy oriental, lleno de productos tan atrayentes para el olfato como para la vista. Y la musiquilla del reloj del ayuntamiento, que sigue repicando una canción revolucionaria búlgara. Me pregunto si será del agrado de la población turca...