Habitada por unos 7.000 habitantes, Devin es una ciudad balneario del sur del pais que está llena de aguas termales y spa. Por otra parte, la ciudad da su nombre al agua mineral más conocida del país, Devin. No extraña que la ciudad esté repleta de complejos hoteleros que dan la bienvenida a clientes que buscan disfrutar de tratamientos para las enfermedades pulmonares, la piel u otras dolencias. Sin embargo, la mayor parte de ellos datan de la época comunista, y en ocasiones observé una extraña brecha entre la opulencia de los visitantes y el mal estado de las instalaciones.
No obstante, aunque no fui al spa, me gustó mucho Devin, una pequeña y tranquila ciudad enclavada en las estribaciones montañosas desde donde parten numerosas rutas de senderismo, y que está llena de cuevas por los alrededores. En resumen, una etapa que no es imprescindible pero sí muy agradable.