Debrachtitsa esconde dos tesoros imposibles de pasar por alto. El primero, la iglesia de Sveta Nedelya, blanca y bonita, rodeada de jardines y al más puro estilo búlgaro rural y tradicional. Su emplazamiento en la colina resulta a la vez admirable y muy pastoril.
El segundo es que Debrachtitsa ha sabido mantener su encanto intemporal. Es el pueblecito búlgaro por excelencia. Las casas, con sus huertos, ocupan las colinas. Muchas presentan la arquitectura tradicional. Parecen dormidas en un escenario onírico donde reina esa atmósfera característica de la Bulgaria profunda.
A todo esto me gustaría añadir una cosa más: sin estar lejos de Pazardzhik y Plovdiv, Debrachtitsa está ya a las puertas de los Ródope. No dudes en internarte en esa parte del país, compuesta de campos y bosques, un escenario perfecto para pasear y hacer senderismo.