Al bajar del autobús, mi primera impresión de Banfora fue un cambio de clima. Ubicada al sur de Burkina, Banfora es más húmeda y también un poco más fresca. Hay una gran avenida. A lo largo del camino se puede comprar todo lo que te imagines, en especial cerámicas y objetos de mimbre. Probé unos buñuelos muy ricos. También hay un barrio con algunas casas de estilo colonial. El domingo se coloca un gran mercado que impresiona por su tamaño.
Es fácil encontrar un guía y motos de alquiler en el centro de Banfora para poder ir a ver las cascadas de Karfiguéla, las Dômes de Fabédougou o el lago de Tengrela. Alrededor de la ciudad pude ver cómo las mujeres fabricaban manteca de karité. Creo que es una actividad que completa bien un recorrido por Burkina Faso, ya que allí ese producto es imprescindible.