El pueblo de Tiébélé resulta magnífico. Sus casas decoradas con dibujos rojos son absolutamente excepcionales. Nada más llegar, verás acercarse a varios guías que te propondrán visitar el pueblo en que viven sus familias, de un modo tradicional. Tiébélé es un territorio real en medio del cual se alzan casas de los Kassena, muy entrelazadas, formando una especie de laberinto. Esta arquitectura resulta del todo sorprendente.
Los hombres han sido tradicionalmente los encargados de dar forma a los muros de tierra, barro y paja, como hacen los alfareros. Las mujeres decoran estos muros. Para entrar en estas casas tienes que agacharte primero y luego saltar un pequeño muro. El objetivo de esta disposición es evitar que entren visitantes indeseables demasiado rápido en la casa. Un anciano ciego recibía amablemente a los turistas en la entrada de una de estas casas. Se trata, en mi opinión, de un pueblo que no puedes perderte durante tu viaje por Burkina Faso.
Al acabar la visita, será difícil resistirse a contemplar las obras artesanales de Tiébélé, expuestas por el suelo. Encontré diversos utensilios de cocina y algunas calabazas, bonitos recuerdos de este viaje.