Ya desde la autopista se distingue perfectamente la basílica de la Candelaria del resto del pueblo. Me impresionó el tamaño de la basílica, erguida en una gran plaza. Resalta muchísimo en comparación con los demás edificios. Es una basílica, pero también lleva el título de "real santuario mariano". Consta de tres naves, varias capillas y una sala llena de velas. Tiene cabida para cinco mil personas, lo que te da una idea de su magnitud. Su ubicación cerca del agua, aunque tiene fácil explicación, no deja de ser sorprendente.
En el interior estuve viendo a la Morenita, la patrona de las islas Canarias. También vi las esculturas de los reyes guanches. Es una visita significativa durante un viaje por España, ya que es uno de los santuarios más importantes de todo el país.
El resto del pueblo no tiene mayor interés. La playa de arena negra es bonita, pero hay demasiado oleaje como para bañarse.
La ciudad es famosa por ser la sede de la patrona de Canarias, la virgen de Candelaria. Está en la basílica de Nuestra Señora de Candelaria. La estatua representa a una virgen de piel oscura, razón de su apodo: la morenita. Data de 1830, por lo que es una de las vírgenes más antiguas del mundo. Los fieles de las distintas islas acuden allí a rendirle honores.
La ciudad se articula alrededor de la basílica de Nuestra Señora de Candelaria, que se alza en el centro de la plaza de la Patrona de Canarias, muy cerquita del litoral. El edificio en sí es bastante reciente. Se construyó en los años cincuenta, de color blanco y estilo moderno. Desde la plaza, enfrente del mar, se ven unas estatuas enormes de bronce que parecen surgir del océano. Representan a los nueve reyes guanches. Es un lugar importante para ahondar en la cultura de la isla de Tenerife.