Ubicadas en un enorme llano de leves ondulaciones, estos humedales están inundados por las aguas del Cigüela y del Guadiana, creando extraordinarios paisajes de marismas que recuerdan a aquellos de la costa Atlántica. La abundante presencia de algas los convierten en el paraíso de las aves, que migran allí tanto para el invierno como para la cría. Patos, garzas, somormujos, garcetas, rapaces... Con la infraestructura y señalización adecuada, es posible observar una gran cantidad de estas aves durante todo el año. Los más afortunados podréis llegar a ver hasta zorros o nutrias...
Las aguas de Las Tablas de Daimiel se alimentan de los afluentes del Guadianay los acuíferos de La Mancha cuando su nivel es suficiente. Debido a la sobreexplotación de las reservas acuíferas en la parte occidental de La Mancha, el Guadiana se ha secado y Las Tablas de Daimiel disponen de menor aprovisionamiento que antaño. Si os encontráis por estos parajes, aprovechad pues para disfrutar de un espectáculo poco frecuente y en peligro de desaparecer.
Las Tablas de Daimiel quedó declarado como parque natural en 1973, siendo ahora un ejemplo de la biodiversidad y protección medioambiental en Castilla la Mancha y en España.
La principal actividad que se puede realizar en el parque es la observación de aves, la ornitología, que puede ser de forma variada en función de la época en la cual visitéis el parque. Algunas aves migratorias acuden allí para hivernar, y otras lo hacen para la cría, principalmente en primavera y otoño. Si como yo, tenéis la oportunidad, también podréis observar zorros y jabalís.
Yo hice la visita a este parque con un guía, y ví que valía la pena porque así pude aprender algo más acerca de la naturaleza y particularidades de este pantano.