¡La costa del Mar Rojo en Egipto se parece cada vez más a la Costa Brava! Sobre ella crecen como setas complejos hoteleros de hormigón, atentando contra la naturaleza de playas que eran antaño magníficas.
El Mar Rojo se conoce en el mundo entero por la belleza excepcional de su lecho, y lo cierto es que encierra hermosos tesoros. Nunca he visto paisajes submarinos tan espléndidos. Te deja absolutamente sin aliento. Los peces son multicolor, las luces mágicas y los corales inmensos.
Por tanto, aconsejo a todos aquellos viajeros amantes de los lechos marinos y de las especies subacuáticas el darse un paseo por la costa del Mar Rojo durante un viaje por Egipto. Al resto de viajeros aconsejo evitar esta zona, demasiado turística y asfaltada en exceso.
Para comenzar tu recorrido, te recomiendo ir a Suez: un buen lugar desde el que visitar el Mar Rojo y el Sinaí. Desde Suez dirígete a Ain Sukhna, a 47 kilómetros. Es un bonito pueblo de pescadores y una parada para descansar en el mar muy agradable. Acércate después a los monasterios coptos de San Antonio y San Pablo, en el desierto arábigo. Son los monasterios más antiguos de Egipto y de toda la cristiandad. Te aconsejo la visita a las cuevas de San Antonio a más de 300 metros de altitud. En esta cueva San Antonio pasó los últimos 40 años de su vida.
Te aconsejo seguir tu viaje hacia Mons Porphyrites, para ver las piedras violetas de porfirita con un grano de puntos blancos. Despues puedes ir a Hurghada. Me encantó esta ciudad costera, muy popular por los deportes acuáticos y los hermosos arrecifes de coral. Si quieres seguir hacia el Sinaí, toma un barco en Hurghada a Sharm el-Sheij.