Remire-Montjoly es famoso por ser la zona residencial de Cayenne. Te permite disfrutar de algunos paseos bonitos y de una playa agradable.
Aconsejo:
Intenta organizar tu viaje entre abril y junio para tener oportunidad de asistir a la puesta de huevos de las tortugas laúd, de color aceitunado y verde desde lo alto de la playa de Rémire-Montjoly. Ese momento es extraordinario por sí sólo ya vale la pena el viaje.
Mi opinión
Después de mi visita a Cayenne con una arquitectura tan típica, decidí seguir los consejos del dueño del restaurante donde comía y pasar la tarde en la playa de Remire-Montjoly. Me subí a un taxi para llegar a la playa de Gosselin que se encuentra a tan sólo 10 km. En este lugar la calma y la longitud de la playa de arena dorada tienen un aspecto un tanto salvaje. Si bien el color marrón del agua no es muy atrayente, me bañé un rato para refrescarme.
Sentado sobre un roca y mirando el océano, un hombre se acercó a conversar e invitarme a explorar el lugar donde estaba sentado. Descubrí pulidores utilizados por los amerindios para afilar sus armas. Ante mi curiosidad, mi nuevo amigo me contó que existen muchas rocas grabadas en la Guayana, una de ellas estaba muy cerca, en el lugar que se llama la cala Pavée.
Tras la playa, tomé el camino de Rorota, un circuito de unos cuantos kilómetros bajo los árboles muy popular entre los corredores. Me gustaron mucho los sonidos de la selva, e incluso divisé a un perezoso. Conversando con un guayanés, me enteré de que el sitio estaba oficialmente cerrado desde hacía unos años... así que sorprende en vista de la gente que hay. En cuanto a las tortugas, apesar de mis conjuros, no tuve la suerte de ver ni una, a la naturaleza no se le dan órdenes...
