La pequeña ciudad de Gracias fue una agradable sorpresa durante mi viaje a Honduras. El ambiente es tranquilo y la sensación de inseguridad experimentada en algunas partes del país no existe. Disfruté de la visita de la ciudad, que conserva un cierto encanto ligado a su herencia colonial, con sus calles empedradas e iglesias como la de Las Mercedes. También me gustó mucho visitar el pequeño fuerte de San Cristóbal sobre la colina, con torres blancas y un panorama sobre las llanuras.
Gracias es también el punto de partida para el Parque Nacional Celaque. Me gustó caminar hasta el pico más alto de Honduras, Cerro Las Minas, que se eleva a 2.849 m. La marcha es fácil y atraviesa un hermoso bosque. Te recomiendo contratar un guía para obtener más información sobre las especies. En excursiones más largas podrás ver ríos y cascadas.
No lejos de Gracias hay fuentes termales y se agradece un buen baño después de la caminata. Las instalaciones son un poco anticuadas, pero todo suma al encanto del lugar. Va a encontrar varios baños a diferentes temperaturas y hay relativamente pocas personas.