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Capital del antiguo reino de Jerusalén en la época de las Cruzadas, el casco viejo de Acre fue declarado patrimonio mundial por la UNESCO en el 2001.

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Como apasionado por la historia y viniendo como vengo de una familia cristiana, Acre no podía faltar en mi primer <a href="/israel/">viaje a Israel</a>. Una ventaja de Israel es que las distancias no son muy grandes. Podemos hacer Acre en un solo día, después de Tel Aviv. La ciudad no es muy grande. La parte nueva ha sido construida fuera de las murallas medievales y el casco antiguo queda dentro de la fortificación. Una mayoría árabe, junto con judíos y musulmanes, conviven tranquilamente en Acre. El número de edificios de interés histórico es incalculable (fortaleza Hospitalaria, antiguo hammam turco, túnel de los Templarios, etc). No dejes de hacer un recorrido por las murallas. Algunas playas (sobre todo una muy cercana a los Hospitalarios, donde te puedes tomar un cóctel en una tumbona en la arena) son accesibles desde el casco antiguo y hay muchas alternativas de cafés y restaurantes.

Antigua ciudad de los cruzados y punto importante de la Tierra Santa, Acre (Akko en hebreo) o San Juan de Acre es una ciudad encantadora, de mayoría musulmana, en el norte de Israel.

Entre los vestigios de los Templarios, la prisión-museo que constituye un ejemplo de la lucha por la independencia y la fortaleza en la que los otomanos le plantaron cara a Napoleón, uno puede sentir muy bien esa autenticidad y esa importancia histórica que caracterizan a Acre. A día de hoy, es una ciudad de ambiente relajado cuya economía gira entorno al turismo. Algo que logré comprender a la perfección cuando vi lo que me había costado un zumo de naranja recién exprimido que me compré de camino a la ciudadela... Para comer, opté por un pequeño restaurante situado en la entrada del mercado en el que me sirvieron un delicioso hummus que todavía estaba templado por un precio razonable. Al deambular por las fortificaciones, me detuve un momento para observar a los jóvenes que se zambullían en el agua y a los que estaban pescando. Al contrario de lo que sucede en las ciudades del sur de Israel, me dio la impresión de que las diferentes religiones conviven en una total armonía en Acre. Además, se pueden visitar un sinfín de edificios religiosos, iglesias, sinagogas y mezquitas e incluso un jardín baha'i, todo un remanso de paz situado un poco a las afueras.

Capital del antiguo reino de Jerusalén en la época de las Cruzadas, el casco viejo de Acre fue declarado patrimonio mundial por la UNESCO en el 2001.

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