Hace ya algunos años, Mitzpe Ramon formaba parte de aquellas ciudades que se atravesaban sin detenerse en la carretera de Eilat. Actualmente las cosas han cambiado, y Mitzpe Ramon se ha convertido en un destino por derecho propio. Situada en el límite del mayor cráter erosivo del mundo, la ciudad goza de unas vistas excepcionales, lo cual es, a menudo, la razón principal para visitarla. Estas vistas pueden disfrutarse gracias al paseo habilitado a lo largo de un precipicio.
Sin embargo, al margen de las vistas, pueden pasarse una o dos noches en Mitzpe Ramon para disfrutar de alguno de sus insólitos hoteles. Durante mi primer viaje a Israel tuve la suerte de descubrir el barrio de los artistas, del que me habían hablado mis amigos israelíes. En este barrio encontraremos cafeterías, restaurantes y galerías llenas de encanto. ¡Casi podremos llegar a olvidar que estamos en medio del desierto!