Con una población de aproximadamente 20 000 habitantes, la ciudad de Zarnesti ofrece una mezcla interesante de elementos urbanos y rurales. Uno no sabe nunca dónde situarse, si en la periferia poco elegante de torres de hormigón que lindan con las montañas en el horizonte, o en las calles históricas del centro, con adoquines desiguales y construcciones con frontones tradicionales.
Sin embargo, la ciudad no es en ningún caso desagradable y, por decirlo francamente, resulta incluso muy bonita con su magnífica vista sobre el parque nacional Piatra Craiului. Sin embargo, no se puede hacer gran cosa allí... Por lo tanto, en tu viaje por Rumanía, lo mejor que vas a poder hacer será pasar la noche Brasnov, que dista unos treinta kilómetros, o bien en un pueblo del parque nacional, en vez de en Zarnesti.
Zărnești es una estación de esquí familiar y de tamaño manejable. Solo hay tres pistas de esquí, entre ellas una pequeña muy bien adaptada para los niños que están aprendiendo.
La estación es tranquila y no suele tener turistas. Sin embargo, no faltan las infraestructuras para acoger a los visitantes. Alojarse en casa de un habitante local (en una pensión) suele ser más barato y te permitirá compartir más cosas con los autóctonos que quedándote en un hotel. También es una buena oportunidad para preguntarle a tus anfitriones si conocen a alguien que haga rutas en trineo por la nieve.
Aparte del esquí, la ciudad de Zărnești es muy limitada. También hice rutas en raquetas de nieve o de esquí de fondo. Sin embargo, desde allí se puede acceder fácilmente a muchas ciudades de los alrededores, como Predeal, Sinaia o incluso Rasnov. Si te desplazas en invierno, no te olvides de llevar cadenas. Aunque si te quedas atrapado siempre habrá mucha gente dispuesta a ayudarte, es mejor prevenir que curar.