Louga no tiene el mismo encanto que Dakar y Saint-Louis, también situadas en la costa atlántica, Sin embargo, en esta ciudad se respira un ambiente típico y tradicional muy interesante y cautivador, tanto en sus calles como en sus numerosos mercados.
En Louga hay que tomarse el tiempo necesario para vivir a la senegalesa. Si lo que quieres es descubrir el día a día del país, sus costumbres y su cultura, tienes que visitar esta ciudad.
Por la mañana compramos un sándwich de carne y un café touba en un puesto de la calle. Después, damos una vuelta por las zonas más animadas del mercado principal en busca de ropa, telas y joyas y nos tomamos unas brochetas y un zumo de hibisco. Para finalizar el día, no podemos perdernos la visita a una de las discotecas de la ciudad.
Louga no es verdaderamente una ciudad turística, pero, con todo, posee varios lugares de interés recomendados para hacer un viaje por Senegal. Por mi parte, tuve la suerte de encontrarme allí durante el Festival internacional de folklore y percusión, el FESFOP, celebrado todos los años a finales del mes de diciembre. Podrás al menos visitar el museo de percusiones, abierto todo el año.
También me gustó mucho deambular por el caso antiguo de Louga, donde pude ver los barrios de arquitectura colonial (casas con balcones y techos de tejas rosadas), así como descubrir el mercado y disfrutar de la animación de cada día. Lo que sorprende en realidad es ver circular burros y coches de caballos, empleados aún para desplazarse o transportar mercancías.
No dudes en entrar en las mezquitas de la ciudad, en especial la gran mezquita, guardando respeto hacia las costumbres locales y las oraciones. También descubrí con interés los alrededores de Louga, los cultivos de cacahuete y de mijo, el pastoralismo y los paisajes áridos en medio de los que se alzan algunos imponentes baobabs.