Provincia de menor tamaño del país y región antiguamente próspera, Öland es una auténtica maravilla. Por desgracia, no serás el único en saberlo: en verano, la isla se transforma en un enorme centro vacacional para los turistas suecos, que van allí a pelearse por su metro cuadrado de arena y sus horas de sol. Incluso la familia real tiene casa propia allí.
Durante mi viaje por Suecia, fui fuera de temporada y descubrí un lugar totalmente mágico y mucho menos abarrotado que en verano. La isla de Öland tiene muchas particularidades sorprendentes, como los molinos que hay por toda la isla y que fueron restaurados con orgullo por los autóctonos, o los magníficos paisajes rurales del sur de la isla, considerados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, con sus espectaculares cementerios con tumbas de piedra y sus pueblos tradicionales.
Aunque la isla solo ocupa 137 kilómetros de largo por 16 kilómetros de ancho, hay muchas cosas que ver allí. La isla rebosa de tesoros históricos, culturales y naturales. Por ejemplo, podrás visitar varias reservas naturales, un parque nacional, un emplazamiento declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco e incluso un parque ecológico.
Personalmente, me ha encantado descubrir las ruinas del castillo de Borgholm. Son majestuosas y es muy agradable pasear por allí. Representan perfectamente la historia medieval de la región. También me gustó mucho ver la parte sur de la isla, con piedras rúnicas molinos, campos de colza y muchos animales. La zona está llena de ornitólogos y observadores de aves que visitan la isla durante su viaje por Suecia.