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Tíbet

Situación económica del Tíbet

La situación en el Tíbet es complicada El crecimiento que podrás ver durante tu viaje al Tíbet es bastante artificial y sobre todo, totalmente dependiente de la política china.

Situación económica

Desde los años 90 China ha decidido transformar totalmente la región. Se inició un amplio programa de modernización. El éxito del mismo fue tal, que hoy en día el crecimiento del PIB supera el 10%, por encima del de China. En el lado negativo, te darás cuenta rápidamente durante tu viaje al Tíbet que si bien la situación económica general y las infraestructuras han mejorado, los pequeños pueblos del campo se han empobrecido. La tradición agrícola se ha visto muy afectada. Los tibetanos no se han beneficiado de estos buenos resultados macroeconómicos, y exclusivamente los chinos se han enriquecido con la situación.

Los diferentes sectores

El sector primario emplea a la mayor cantidad de personas en todo el Tíbet. Aunque se ha visto sacrificado a favor de la modernización industrial. La mayoría de las personas que trabajan en los campos de cebada y en los invernaderos han vivido un desarrollo increíble. El Tíbet también tiene recursos mineros. Estos están ubicados principalmente en la región de la meseta, y aunque en teoría deberían aportar una riqueza infinita al Tíbet, son los chinos los que han recogido los beneficios.

Una calle en el Tíbet

El turismo

No salta a la vista, sobre todo si consideramos las complicaciones administrativas para viajar al Tíbet , pero el gobierno cuenta principalmente con el turismo para obtener ingresos de la región. El sector del turismo está en auge hasta el punto de que representa casi el 60% del PIB. Es el principal activo del Tíbet. Junto con los recursos mineros, el turismo está considerado como el futuro de la región. Para que esto sea una realidad, el gobierno chino tendrá que revisar las condiciones de acceso al territorio. Y es que sólo los viajeros más pacientes y más decididos se embarcan en la aventura administrativa de acceder al Tíbet.

David Debrincat
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