Durante mi recorrido por Togo, tuve la oportunidad de integrarme plenamente en la vida del barrio de Avedji Sito en Lomé y así vivir en el seno de una familia togolesa. Te sugiero que te tomes tiempo para visitar un barrio alejado del centro, así tendrás una visión diferente de la vida de los togoleses, y tal vez puedas disfrutar algunos bonitos encuentros.
En el barrio, por la noche, numerosas mamas se instalan en los bordes de la carretera e improvisan sus cocinas, ofreciendo pequeños platos rápidos. A menudo me sentaba en un banco para probar las frituras de ñame o de camote, según el período, una auténtica delicia.
La ciudad cuenta con muchos lugares de interés y es fácil desplazarse por allí, en especial en moto taxi. Tras haber asisitido a la agitación que se produce al regreso de un barco de pescadores en la playa de Lomé, disfruté de un paseo por la playa para impregnarme de los olores marinos y contemplar los restos del muelle alemán, construcción de la época colonial. Por último no te pierdas el museo internacional del golfo de Guinea, en donde podrás encontrar hermosas estatuas y otros objetos de esta región del país.
Finalmente te recomiendo pasar por el gran mercado central para buscar los bonitos productos de la artesanía local. Los más curiosos podrán ir después al mercado de los fetiches para aprender sobre las prácticas vudús.
A mi parecer Lomé es una ciudad loca. El ruido del tráfico incesante, la música que sale de las tiendas, las discusiones acaloradas, Lomé es hiperactiva.
Me gustó mucho el Gran Mercado, allí se encuentra de todo. Especias, frutas jugosas, pescado secos, así como bonitos taparrabos de colores y obras de arte de Togo. Si eres un aficionado a los mercados exóticos, acércate al mercado de los fetiches, es interesante deambular entre los amuletos gris-gris y los fetiches. Incluso los no iniciados pueden pasearse por allí.
Una vez hayas terminado las compras, es agradable sentarse frente al mar sin el bullicio del tráfico. Es agradable pero sin embargo no muy limpio, no me han entrado ganas en ningún momento de meter un pie, además no tiene el aspecto de estar en la cultura local.
Al llegar a Lomé durante mi viaje por Togo descubrí una capital con dos caras. En primer lugar la cara moderna con su impresionante playa de arena fina bordada de hermosos cocoteros, y un poco más lejos su bonito centro de negocios con los grandes edificios de arquitectura moderna. La mayoría alberga a las grandes compañías nacionales e internacionales.
Pero Lomé también cuenta con mercados magníficos. Lamentablemente el de los fetiches se ha tornado demasiado turístico. Pese a todo es una parada imprescindible para sumergirse en el mundo del vudú. Si necesitas curar una dolencia, conquistar a tu regreso a tu compañera de oficina que hace girar la cabeza a todo el mundo, hacer que tu marido sea fiel, es en este mercado donde encontrarás todo lo que te hace falta. El gran mercado hace honor a su nombre. Es de hecho el más grande de toda África Occidental. Los grandes edificios se han convertido demasiado pequeños, y ahora desborda alegremente por todas las calles adyacentes del barrio. Un caos lleno de colores y olores.