Alejandría es muy distinta a la ciudad de El Cairo. Para muchos, se trata de una ciudad bastante menos tradicional y mucho más moderna. Ciudad cosmopolita, portuaria y abierta sobre el mar Mediterráneo, constituye un crisol de muchas culturas diferentes. Esto ha originado una atmósfera muy particular en sus calles y mercados, llenos de animación, algo que me gustó mucho durante mi estancia en este lugar.
¡Por supuesto, no me perdí visitar la séptima maravilla del mundo: el célebre faro de Alejandría! Actualmente se lo conoce como Ciudadela de Qaitbay, nombre del fuerte construido sobre sus piedras y restos.
Atención, si hacesun viaje por Egipto: en Alejandría durante el invierno puede hacer mucho frío. El clima en verano resulta, por el contrario, muy agradable debido al viento regular que refresca la ciudad.
En tu viaje por Egipto, la primera cosa que debes hacer es acostumbrarte a la circulación de Alejandría. Lo viví al dirigirme a Corniche, la larga carretera de la costa de Alejandría: los conductores tienen la costumbre de circular a gran velocidad.
Para recuperarte del susto, te aconsejo ir a uno de los cafés de la ciudad. Alejandría es famosa por sus cafés hasta el punto de que tiene el apodo de "la ciudad de los cafés". Los pude encontrar en todos los rincones de las calles: y cada uno tiene su propia historia, arquitectura, y sobre todo sus especialidades. Pero ten cuidado con los dulces: en ocasiones me dio la impresión que eran de antes de la guerra.
Alejandría es conocida por sus monumentos y su rico pasado histórico; aquí te muestro una lista de los lugares que más me gustaron de Alejandría: la nueva biblioteca, uno de los lugares culturales más importantes de Egipto; el Museo Nacional de Alejandría, en el que descubrir la historia de la ciudad; y el fuerte de Qaitbay, una especie de castillo fortaleza de cuento de hadas.