El río Krka, afluente del Drava, recorre un centenar de kilómetros por Eslovenia, bordeando la frontera croata. A lo largo de su curso atraviesa bonitos paisajes naturales, sobre todo en su parte alta, con muchos rápidos que forman pequeñas cascadas. Aquí podrás practicar distintas actividades fluviales como canoa, rafting o incluso un poco de espeleología en una de las muchas grutas existentes. Por otro lado, su situación dentro de una región menos conocida te garantiza una relativa ausencia de visitantes.
De la misma manera, el codo del río Krka en torno a la ciudad de Novo Mesto ofrece un extraordinario marco a esta ciudad histórica. Sin embargo, y a pesar de todo ello, no pienso que este río sea algo imprescindible para ver en medio de un viaje por Eslovenia.