La ciudad de Harar, Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, es un lugar que debes ver. Por su cultura: hay varios museos, en especial la casa de Arthur Rimbaud, mezquitas y mausoleos en los que se puede entrar (no te olvides llevar algo para cubrirte), y calles comerciales en las que comprar frutas y verduras, así como bonitas telas.
También por su naturaleza: el valle está ubicado en las alturas con un clima cálido muy soleado, lo que permite a algunos lugares tener unas vistas muy hermosas de la región. También puedes pasar un día visitando los pueblos tradicionales construidos en lo alto de las montañas.
Pero Harar también es su población y sus costumbres: anímate y disfruta de una tarde calurosa para conversar y masticar khat (hojas de arbustos que son adictivas y excitantes), sentado bajo una sombra. Y por la tarde, sal por la ciudad para asistir a un espectáculo poco común, una cena con las hienas.
Me encantó Harar, la antigua ciudad denominada Jugal es minúscula (aproximadamente 1 km2) aunque increíble, con sus callejuelas bien conservadas, casi 90 mezquitas, uno tiene realmente la impresión de estar en un zoco oriental. El sitio está declarado como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. La calle de las máquinas de coser y de las telas es una cueva de Alí Baba (Mekina Girgir), mientras que la plaza central Feres Megala es el centro turístico de la ciudad. Se puede visitar la casa de Rimbaud que vivió aquí.
Lo mejor de todo fue para mí la cena con las hienas. Es una tradición antigua ir a alimentar a las hienas al anochecer. Están acostumbradas al ser humano y se acercan a buscar su cena, así que no tengas miedo. Cada una tiene su nombre, y viene a buscar su porción de carne cuando la llama el maestro de ceremonias. Ver acercarse a estos grandes depredadores de ojos brillantes y risa burlona en la noche es bastante aterrador.
Es en Harar donde más se toma khat, esta planta estimulante masticable se toma un poco por todo el país y viene de Oriente Medio.