Grémi es sin duda uno de los principales sitios de Kakheti y de toda la Georgia oriental. Puse mis pies por primera vez allí en una mañana de invierno, mientras una niebla cubría las montañas y pesaba por todo el valle de Alazani.
Como un espejismo, en el cruce de un valle lateral, Gremi emergió de la penumbra. Me llamó la atención por la elegancia de esta iglesia alargada y fortificada con ladrillos decorativos, con la figura de sus dos cuerpos principales (el de ella y el de su campanario separado) que reinaban por encima de las ruinas de la fortaleza.
Impresionado por los frescos del siglo XVI, que datan de la época en la que Gremi era la capital de Kakheti, decidí subirme hasta la torre del campanario. Menuda vista espectacualr al salir por la plataforma. La niebla se había disipado, dando paso a las magníficas montañas nevadas y al delicioso paisaje que forman los ríos de Alazani. Después de saborear este instante, fui a descubrir la hermosa "marani" de la iglesia, este sótano con vinos en ánforas enterradas tan típico de Kakheti.