400 kilómetros separan la capital, Tbilissi, de la ciudad de Batumi, en el mar Negro. Pero la distancia no es la mayor separación entre estas dos ciudades: se encuentran totalmente opuestas por su historia y su nivel de desarrollo. Una etapa llena de contrastes a lo largo de un recorrido por Georgia.
Una capital tradicional
Tbilissi (თბილისი en georgiano) está ubicada en el este del país, a tan sólo 70 kilómetros de la frontera con Armenia. La ciudad ha sido el blanco de numerosas invasiones desde su creación, en especial de mongoles y soviéticos. Por ello el casco antiguo sigue siendo hoy en día muy tradicional, tanto por su arquitectura como por su forma de vivir.
Vas a conocer una ciudad apacible, donde reina la serenidad en sus calles. La calle de las termas y la casa de las marionetas son lugares que nos hacen recordar que Tbilissi está arraigada en sus tradiciones. Cuando des paseos por la ciudad, no te sorprendas al ver las tiendas subterráneas. Puedes comprar pan a través de una pequeña claraboya situada a nivel del suelo. Aquí se encuentra todo el encanto de la capital.
Batumi, la evolución del país
La ciudad de Batumi (ბათუმი en georgiano) está situada junto al mar Negro, a tan sólo 15 kilómetros al norte de la frontera turca. Este es uno de los puertos más importantes de Georgia. Batumi ha sufrido también muchos cambios durante el período soviético. Pero desde 2011, la ciudad se ha propuesto como objetivo ser una ciudad nueva y moderna.
Te quedarás pasmado al ver los nuevos edificios que han surgido en la ciudad, entre casinos, hoteles de lujo y discotecas. La ciudad aún conserva en la periferia las marcas de la era soviética, con sus largas avenidas de bloques comunistas.
En cuanto a los lugares turísticos, puedes disfrutar de la belleza del entorno del jardín botánico de Batumi, situado junto al mar, y también contemplar el reloj astronómico que está en el centro de la ciudad.
