Batumi (Georgia)

Batumi me ofreció mis primeras impresiones de Georgia, y no me acabó de convencer. La ciudad, abierta al mar Negro, gira sobre todo en torno al turismo balneario. Este destino me pareció exageradamente turístico, con sus hoteles de lujo de llamativas luces invadiendo la costa, al borde de una calle panorámica que desprendía artificialidad. Nunca había tenido tanto la sensación de estar en el Marina d'Or del Cáucaso.

Esta ciudad también fue mi última escala y, aunque me siguió pareciendo un sitio sin alma, disfruté de un paseo por su jardín botánico. Este gran parque tiene la ventaja de disimular los enormes edificios con su variedad de plantas. Es agradable pasear a orillas del mar lejos del asfalto de Batumi. Un lugar curioso al que ir tras cruzar la frontera, pero hay muchas más cosas que ver durante un viaje por Georgia.

Hay algo ligeramente surrealista en la ciudad de Batumi que me hace plantearme si me ha gustado la visita o si, por el contrario, no me ha gustado en absoluto... El centro parece una mezcla extraña entre Las Vegas y Disneyland, con muchas avenidas perfectamente remodeladas con bonitos y coloridos edificios y torres de cristal surrealistas que pareces salir del suelo como champiñones y que se iluminan de noche con colores brillantes.

Batumi es un puerto y una ciudad industrial y, sin embargo, la ciudad vive principalmente del turismo, con construcciones nuevas en cada esquina. La extensa la playa de guijarros que da al mar Negro atrae en verano a numerosas familias procedentes de todo el país y hace de esta ciudad uno de los destinos más populares de Georgia.