Todo el mundo conoce el nombre "Cafarnaúm". Pero la gente no siempre sabe de dónde viene. Cafarnaúm es un pueblo de la antigüedad, hoy en ruinas, a orillas del lago Tiberíades.
He de admitir que fui por pura curiosidad, pensando que por fin iba a entender la relación entre la famosa expresión "esto es un cafarnaúm" y el lugar que le da nombre. Pero al llegar, la verdad es que no encontré la respuesta. Los vestigios están bien conservados, a destacar na sinagoga y la casa de San Pedro. Te puedes hacer una idea bastante acertada de cómo era un pueblo de aquel entonces. Y es por eso básicamente que descubrir Cafarnaúm merece la pena durante una estancia en Israel.
Penetrar en Cafarnaúm supone volver atrás en el tiempo, de igual modo que pasear en medio de los restos de la sinagoga, la casa de San Pedro y la iglesia bizantina: se trata de la ocasión perfecta para observar de cerca las civilizaciones del pasado. El monasterio griego ortodoxo, el convento franciscano y la iglesia católica testimonian con su presencia que este es todavía un lugar de fe. Se sigue celebrando misa en esta iglesia moderna con forma de platillo volante, interesante al menos desde un punto de vista arquitectural para aquellos que no la visiten por motivos religiosos. De todos modos, ¡resulta difícil obviar la religión en un país donde esta cuestión constituye una señal de identidad!
¿Una pequeña oración al borde del lago? ¡Puedes simplemente admirar el impresionante panorama!
En mi opinión, una visita guiada por Cafarnaúm ayuda mucho a conocer este lugar y su dédalo de callejuelas.