He ido dos veces a Sedé Boker. La primera vez para ir a ver la famosa tumba de Ben-Gurión. Esta tumba tiene especial importancia o significación para ciertos viajeros. Sin embargo, aunque no nos sintamos atraídos por esta figura histórica, la visita vale la pena por las magníficas vistas que pueden contemplarse desde el monumento. De hecho, la tumba está ubicada frente al desierto que el fundador del país tanto admiraba.
La segunda vez que fui a Sedé Boker fue completamente por azar. Me encontraba buscando alojamiento para pasar la noche, y terminé por dirigirme a este lugar porque era el único en kilómetros a la redonda donde quedaban habitaciones disponibles. Una vez allí, me di cuenta de que Sedé Boker era un pequeño kibutz muy dinámico: había un mercado beduino donde todo el mundo hacía la compra, un pequeño bar con terraza donde se reunía la juventud, algunos artesanos... En pocas palabras: esta experiencia inesperada en Sedé Boker fue sin duda la mejor. Si tienes ocasión, te aconsejo pasar una noche en este lugar durante tu viaje a Israel.