Pasadas las interminables curvas en el flanco de las montañas y sus túneles muy (muy muy) estrechos, Cilaos ofrece una parada agradable en uno de los tres circos de Isla Reunión. Famosa por sus rutas de senderismo que descienden por los barrancos y brazos del río, Cilaos contiene cientos de caminos todos en desnivel, entre ellos el que lleva al Pico de las Nieves, célebre cumbre de la isla y verdadero desafío para los excursionistas. Algunos senderos te llevan a unas aguas termales donde nos gusta relajarnos en sus aguas sulfurosas.
Cilaos es también conocida por su gastronomía, su vino y sus lentejas, y fue en el hotel Vieux Cep donde mejor pude disfrutar de estos productos locales y en su piscina donde mejor pude ocupar mi digestión.
Numerosas isletas de los alrededores disponen de refugios y albergues quegustarán a los amantes de las estancias de relax. La que yo prefiero, la isleta de Chicots, ofrece cabañas y una pequeña choza con cocina tradicional sin electricidad. Lejos de las luces de la ciudad, me encantó contemplar la infinidad de estrellas que nos dominan desde allá arriba.