Pequeña aldea verde bañada por la tranquilidad, Hell-Bourg aparece después de una carretera que serpentea entre bosques y cascadas del circo de Salazie. No voy a mentirte, no hay mucha vida cultural, la actividad que yo prefiero es la de sentarme en una terraza donde podemos contemplar las montañas que nos rodean.
Dicho eso, sería injusto no mostrar consideración por la cultura local y no podemos hacer otra cosa que admirar las pintorescas casas criollas de comienzos del siglo pasado. Entre ellas, la casa Folio, con más de un siglo y medio de antigüedad, es una atracción notable. Su frondoso jardín es uno de los más bellos a descubrir en Isla Reunión.
Puede parecer macabro pero una visita al cementerio de Hell-Bourg es indispensable por su multitud de flores, tan numerosas que recubren las tumbas, como un sudario multicolor y perfumado.
Sin lugar a duda uno de los pueblos más bonitos de la Reunión, Hell-Bourg (que debe nombre a Anne Chrétien Louis de Hell, gobernador del siglo XIX, y no al diablo) ha conservado muchas cabañas criollas que hoy han sido recuperadas. En este pequeño y apacible rincón del paraíso podrás pasearte tranquilamente por sus calles durante unas vacaciones en familia o románticas. Por allí pasan pocos coches, es muy florido y la gente es muy simpática. Ve a dar una vuelta a las viejas termas que siguen en ruinas o al suntuoso y bucólico cementerio con todas la flores que visten las tumbas con una salvaje y exuberante belleza.
Para los más deportistas, éste incluso puede ser el punto de salida para un días de barranquismo o para la ascensión del Piton de Enchaing, este pico donde un antiguo esclavo permaneció aislado con su familia durante 25 años. Si, por el contrario, quieres disfrutar de la magnífica vista de todo el circo disponible desde la cima, tendrás que salir temprano porque a veces el cielo se cubre a finales de la mañana. Lo mejor es pasar la tarde y la noche en una de los numerosos albergues disponibles, donde podrás comer buena comida criolla en un acogedor ambiente.
Tampoco te pierdas la vista a la Maison Folio, y sobre todo la memorable visita realizada por "Isabelle-non-stop" (es una guía que se llama así a si misma porque es incansable) que te contará muchos secretos sobre las plantas y el circo.