Sainte Rose está al sureste, en la zona volcánica de la isla, y podéis visitarla dentro de un conjunto de actividades que se pueden realizar en la zona. Pero esta ciudad es pequeña y no hay necesidad de pasar toda una tarde para la visita.
El punto de visita obligatorio es la famosa iglesia de Sainte Rose des Laves. Este edificio permanece milagrosamente intacto desde que en 1977, durante una erupción, los ríos de lava rodearon la iglesia sin tocarla. Las coladas se dejaron tal cual, y aún son visibles hoy día y siempre.
Esta zona también ofrece la oportunidad de hacer excursiones espeleológicas, en el corazón de los 14 kilómetros de pasillos subterráneos creados por los ríos de lava. Es indispensable que hagáis estas incursiones junto a guías especialistas; aún no están cartografiados todos los túneles volcánicos y podríais perderos muy fácilmente. Esta fabulosa experiencia en los tubos de lava está reservada para quienes seáis aventureros, sobretodo si además no sois claustrofóbicos.