Las inmediaciones de Alba Iulia son, hay que admitirlo, bastante desagradables: bosques de construcciones soviéticas de hormigón que no auguran nada bueno para la pequeña ciudad de Alba Iulia. Sin embargo, una vez pasados esos primeros suburbios, su centro se revela muy agradable con sus pequeñas calles bordeadas de hermosas casas de colores, sus iglesias ortodoxas y, sobre todo, lo que le da el mayor interés, su increíble fortaleza.
Construida en forma de estrella, dentro del más puro estilo de Vauban, la ciudadela defensiva alberga hoy numerosos edificios barrocos que hacen que el lugar sea muy agradable para pasear. En resumen, si bien Alba Iulia se revela como una ciudad verdaderamente agradable, no recomendaría necesariamente una estancia prolongada aquí durante tu viaje por Rumanía.
Situada en el sur de los montes Apuseni, tuve la ocasión de recorrer durante una tarde la ciudad de Alba Iulia. No quedé particularmente encantada con el ambiente de la ciudad. Si amas la historia, la ciudad de Alba Iulia está llena de ella. Con un pasado agitado, Alba Iulia es para los rumanos una ciudad importante y única porque fue aquí donde se proclamó la unificación de Rumanía en 1918.
Hay que visitar la ciudadela de Alba Iulia; los restos de las fortificaciones y las cuatro grandes puertas están en relativamente buen estado y ofrecen bellas vistas. Las dos avenidas peatonales que salen de la plaza central son agradables y permiten pasearse tranquilamente.
Las dos catedrales de Alba Iulia, ortodoxa y católica, son impresionantes por su majestuosidad y los dos edificios están bien conservados lo que permite apreciar su belleza. La catedral católica, con su torre, tiene una arquitectura medieval que la hace uno de los monumentos más célebres de Transilvania. El museo de la Unión permite observar restos arqueológicos de la época romana.
En cuanto a alojamiento y restauración, ¡te sentirás satisfecho en Alba Iulia! Ciudad moderna, ¡hay donde elegir!