He pasado a menudo por Kaolack de camino a Sine-Saloum, Gambia o a la región de la Casamance. La mayoría de viajeros hacen escala allí durante su viaje hacia el sur del país. La mayoría de ellos ni siquiera se para en la ciudad; no obstante, merece la pena visitarla.
Recuerdo su gran mercado, que bulle de actividad y de puestos de todo tipo. Allí pasé jornadas enteras paseándome y descubriendo objetos insólitos. No dejes pasar la oportunidad de pasearte por la ciudad, donde te sorprenderán los numerosos edificios coloniales y sus imponentes fachadas.
No obstante, debes tener cuidado porque durante la temporada más cálida, el calor puede resultar sofocante.
Kaolack no es una ciudad muy turística o, mejor dicho, no es una ciudad que viva del turismo… En otras palabras, la ciudad, que cuenta con cerca de 200.000 habitantes, tiene su ritmo de vida y actividades propias que, en mi opinión, son muy interesantes de descubrir. Por una parte, la ciudad es un centro religioso tidiano importante, organizado alrededor de su gran mezquita, que preside el barrio Medina Baye.
Pero Kaolack también es un centro económico y de comunicación: me gustó sobre todo poder visitar sus salinas, instaladas en la orilla izquierda del río Saloum, así como deambular entre los puestos de su gran mercado, en el centro, o de su mercado de pescado, en la orilla derecha del mismo río.
Sin embargo, la razón por la que realmente pasé una noche en Kaolack era visitar los círculos de piedras alzadas en algunos lugares del sur de la ciudad, principalmente en Ngayene. Estos megalitos, que recuerdan a los de Stonehenge en Gran Bretaña o a los de Camac en Francia, pueden tener dos milenios de antigüedad. Forman parte de la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO desde 2006. Vale la pena visitar este lugar durante tu viaje en Senegal.