Personalmente, este es el tipo de sitios que me encanta visitar en Senegal pero también en otros países: Goumel es un pueblo que no se caracteriza por ser turístico, pero que ha resistido a los atractivos inútiles de la modernidad. En él puede descubrirse la vida apacible de una comunidad: actividades diarias y momentos de convivencia y de intercambios.
Si bien es cierto que Goumel forma parte hoy día de un municipio bastante importante, no por ello ha dejado de conservar su aspecto de pueblo, el cual está habitado por una comunidad fulani, tradicionalmente ganadera. En él pude ver magníficas casas de adobe rectangulares, mujeres machacando con energía el mijo en grandes morteros, niños jugando alegremente...
No tuve la ocasión de hacerlo, pero, al parecer, tanto la plantación contigua de mangos como el bosque protegido de Goumel merecen una incursión.