Somone es para los habitantes de Dakar como la costa levantina para los madrileños. Muchas familias tienen allí una segunda residencia a la que van los fines de semana y la playa, de gran belleza, suele acabar llena de basura el domingo por la noche.
Sin embargo, excluyendo fines de semana y vacaciones escolares, puede resultar muy agradable pasar un par de días en esta región para descansar un poco después de una estancia en Senegal y antes de coger el avión de vuelta en Dakar.
No te esperes un pueblo típico o tradicional, Somone es una estación balnearia dedicada al turismo, aunque a diferencia de otros lugares de la Petite-Côte, es una zona relativamente tranquila y protegida.
A menudo se describe Somone como un pequeño pueblo tranquilo y genuino. Tampoco hay que exagerar. Sigue siento un lugar sagrado para los turistas con todos esos hoteles con más o menos encanto. Además, es el destino preferido por un gran número de jubilados extranjeros que vienen a pasar el invierno en sus segundas viviendas.
Sea como sea, yo considero que el pueblo es agradable, que los paisajes son dignos de ver y que las opciones gastronómicas son fantásticas para los amantes de los productos del mar. ¡Una escala perfecta para retomar fuerzas durante tu periplo senegalés! La laguna que lleva el mismo nombre es el principal atractivo del pueblo y bien merece la pena desviarse para visitarla. Es un lugar reconocido por los aficionados a la ornitología. Aquí podrás observar multitud de flamencos rosas, pelícanos y otras aves.
Aquí se encuentran las playas más bonitas de toda la costa y, además, es el lugar elegido por muchos deportistas asiduos que vienen a desarrollar su musculatura (ya llamativa): ¡un espectáculo de lo más... inesperado!