¡Por fin llegamos a la montaña en Senegal! ¡Por fin encontramos relieves y miradores que nos permiten contemplar las maravillas de la naturaleza!
Cuando llegué a Ethiolo, me pareció un espejismo: ¡estaba en la montaña! Si bien es cierto que este pueblecito del País Bassari no se encuentra en medio de picos y glaciares, podemos decir que su altitud de 250 metros ya casi da vértigo.
El campamento del pueblo es muy agradable y cuenta con cómodas cabañas espaciadas a lo largo del valle. No dudes en pedirle al guía local que te acompañe a través de los numerosos caminos que recorren la montaña y bordean el pueblo para admirar el panorama de los valles y los paisajes de los alrededores.
Ethiolo no es más que un pueblo modesto, apartado tanto de las principales vías de comunicación como de las secundarias. Para llegar al lugar tuve que coger un "taxi-brousse" que circuló a su ritmo (¡muy lento!) por los caminos de tierra que recorren las colinas de la región de Bassari, la única en Senegal con un relieve marcado. ¡Un cambio de ambiente total!
Cuando llegué al pueblo, descubrí un paisaje magnífico, con su vegetación abundante, sus hermosas cabañas y su población acogedora. Afortunadamente, llegué unos días antes de la primera fiesta de iniciación, por lo que pude compartir la vida apacible del pueblo, participar en la cosecha del vino de palma, observar el trabajo de los artesanos y escuchar los relatos de los ancianos.
El domingo asistí a una de las famosas fiestas de iniciación, durante las cuales los enmascarados descienden de la montaña y bailan, cantan y beben para celebrar el paso de los jóvenes recién circuncidados a la edad adulta, tras haber pasado cuatro meses de iniciación en el bosque sagrado del pueblo.