Ésta es una pequeña isla que constituye el centro histórico de la bella ciudad de Siracusa. Sin lugar a dudas es un lugar que hay que visitar prioritariamente durante una estancia en Sicilia. Con sus magníficas fachadas de piedra blanca, su magnífico Palacio Benevantano, o incluso sus pequeñas plazuelas a la sombra y ocultas donde sienta bien descansar y beberse un spritz al final del día, te conquistará.
Me enamoró especialmente el célebre templo de Apolo a la entrada de la isla, pero también el domo alrededor del templo o incluso la encantadora fuente Arétusa.
Recorrer las callejuelas iluminadas de la isla de Ortiga al atardecer es muy agradable y romántico. Inspensable, no te lo puedes perder durante un viaje a Sicilia.
Durante mi viaje por Italia , visité Sicilia y la famosa ciudad de Siracusa en la que descubrí la isla de Ortigia, cuna de la civilización griega en Sicilia. Siracusa fue fundada en 734 a.E.C. por colonos procedentes de Corintio que habían conquistado Ortigia primero. Así es como la isla se convierte en el primer eslabón de la ciudad. Allí se mezclan las influencias de épocas griegas, normandas, aragonesas y barrocas. La isla de Ortigia separa los dos puertos de Siracusa, por un lado el puerto pequeño y por otro el gran puerto.
En la entrada de la isla descubrí el templo de Apolo, del que no queda gran cosa de las 42 columnas que lo componían.
Siguiendo la línea de la costa, disfruté mirando las antiguas residencias, en ocasiones ornamentadas con esculturas. Llegué a una piscina con agua procedente de una fuente, que según se dice, brota desde la antigüedad. Es la fuente de Aretusa. Es una fuente de agua dulce que proveía a la ciudad en la antigüedad. Seguí mi camino y llegué hasta la plaza de Arquímedes, en medio de la cual destaca otra fuente, la de Diana.