Un gran terremoto destruyó la ciudad en 1693 y tuvo que reconstruirse después. Por esta razón, no hay una gran cantidad de edificios antiguos de la época.
Pero Caltagirone es un monumento en sí mismo, y en cada rincón encontraréis verdaderas joyas: es un placer pasear por las calles estrechas y empinadas, y ver la capital de la cerámica ofrecer a sus visitantes sus mosaicos detalles suntuosos. Sus principales monumentos son la iglesia de Santa María del Monte, el Palazzo del Aquila, el Duomo de San Giuliano ... Pero no recomiendo visitar el museo de la cerámica, que me decepcionó.
Quiero acabar hablando de la joya de Caltagirone: las escaleras de Santa María del Monte, en escalón de esta obra se nos descubre un patrón diferente de cerámica. Os quedaréis sin aliento viendo el nivel de detalle que tiene; de hecho yo nunca he visto nada igual, ninguna escalera tan elaborada y minuciosa en detalles... en ningún otro lugar del mundo, excepto en Valparaiso.