Fui allí a pasar el final del día, y fue un rato estupendo. A la pagoda se accede fácilmente por su fachada oriental, a través de casas coloniales, la música de los exprimidores de zumo de caña de azúcar, los juegos de pelota, y los vendedores de baratijas, amuletos, budas, miniaturas e incienso.
Es increíble, e impresiona por su tamaño, la riqueza del conjunto, su presencia y la atmósfera que desprende.
Los budas se inundan de «agua bendita», se encienden las mechas, los peregrinos se arrodillan y todo empieza a brillar, ya sea falso o auténtico, de color rojo, verde o dorado, eléctrico o solar... Los birmanos en peregrinación bailan lentamente, en una coreografía silenciosa...
Como fui al final del día, cuando disminuye la luz, además de evitar a las masas de turistas pude sentir en mis carnes lo que significa la expresión «azul noche» y contemplar toda esa belleza con el brillo de este edificio dorado como telón de fondo.
No te lo puedes perder bajo ningún concepto. Un viaje a Birmania significa inevitablemente: ver montones de pagodas y templos Durante miviaje por Birmania, nada me ha gustado tanto como la Pagoda de Shwedagon.
La Pagoda de Shwedagon, tiene de alto 98 metros, y es un lugar imprescindible por varias razones. Por un lado su belleza es sobrecogedora, dominando el horizonte desde lo alto de la colina. Es un lugar de reunión en Yangón. La gente local acude allí y marcha alrededor de la stupa central, siempre en el mismo sentido, otorgándole un ambiente especial. Los gong comienzan a sonar desde la torre del reloj, los caminantes interrumpen su marcha para orar, retomando después su posición en el círculo. Verás algunas escenas de la vida sencillas y sin embargo muy características de esta fascinante cultura. Hermosas imágenes que permanecerán en tu memoria. Y cuando llega la noche y se ilumina la stupa, la plaza central se llena de personas intensificando todo su encanto. Sal del círculo y siéntate, el silencio se impone por sí mismo.
Hay guías disponibles en la entrada, y te recomiendo que cojas uno, ya que hay numerosas leyendas recorriendo todo el lugar.