Hpa An Hpa An (pronunciado Paán) es un "must-see" en un viaje a Birmania, desde mi punto de vista. El tipo de paisaje totalmente diferente que me gusta tanto. Hpa An está rodeada montañas con acantilados escarpados, donde hay varias grutas que albergan templos con sus stupas, miles de esculturas en las paredes y murciélagos como residentes habituales.
El centro de Hpa An se concentra alrededor de la plaza del reloj. Es ahí donde llegarás si vienes en autobús (aunque también es posible venir en barco desde Mawlamyine) Desde esta placita puedes ir caminando al mercado, que se celebra cerca de la mezquita, al amanecer. También hay varios templos budistas, de los cuales el más famoso es la pagoda de Shweyinmyaw. Al atardecer podemos admirar desde ahí la puesta de sol, con vistas al río y con las montañas en el fondo.
Entre las montañas, yo subí a la de Hpan Pu, de más fácil acceso. A pocos minutos de caminata se puede obtener una vista sobre la ciudad. El acceso es desde Hpa An con un barco que sale desde la pagoda Shweyinmyaw . Como único defecto de esta pequeña ciudad, la falta de opciones de restauración. Los pocos locales disponibles, además, cierran muy temprano.
Hpa An está lleno de cosas que ver, numerosos lugares naturales (grutas, montañas, etc.) que se combinan con las construcciones humanas para la gloria de Buda (pagodas, estatuas, etc).
La lista podría ser mucho más larga, pero entres mis lugares preferidos vale la pena visitar el Monasterio de Kyauk Ka Lat y admirar las pagodas que se mantienen encaramadas haciendo equilibrio sobre la roca y desafiando las leyes de la gravedad. También debes conocer la gruta Saddar, cuyos tesoros ocultos (estatuas de Buda, pinturas y grabados rupestres) están custodiados por numerosos monos que trepan por las asperezas rocosas de su fachada. Tampoco te pierdas el campo de Lonbani, con sus estatuas de Buda repartidas por todas partes, brotando como la hierba; Kaw Ka Thong y sus estatuas alineadas de monjes, unas tras las otras; y por último la "bat cueva" de la que escapan cada día tras la puesta del sol millones, sino miles de millones, de murciélagos.
Créeme, no te faltarán cosas que ver y descubrir.