He tenido la suerte de visitar Birmania en dos ocasiones. Mi primer viaje fue hace 15 años. En aquella época apenas te cruzabas con ningún turista. Durante mi segundo viaje, hace dos años, me sorprendió ver las hordas de turistas que había en algunos lugares del país.
Birmania es un país en el que se mezclan muchas etnias, dialectos, tradiciones y religiones, aunque la religión principal es el budismo.
En cuanto a sus paisajes, no me decepcionaron: entre los templos de Bagan, el lago Inle, las montañas de Kalaw y las múltiples pagodas y estupas, Birmania es mi lugar preferido del sudeste asiático. ¡Un viaje con muchos encuentros!
Myanmar es mi verdadero favorito. He tenido la oportunidad de visitar varios países del sudeste asiático, pero tengo que decir que es raro encontrar tanta riqueza patrimonionial como en Myanmar. Eso, sin contar los numerosos monasterios, templos y otros edificios históricos que posee el país, con una mención especial para los templos de Bagan, una verdadera maravilla, desde mi punto de vista.
Tres semanas me parecieron el tiempo perfecto para visitar Myanmar y poder ver la capital Yangon y Schwedagon Paya, visitar la región de Mandalay, al norte, la tranquilidad del lago Inle, el esplendor de Bagan y descansar en la playa Chaung Tha, que se extiende a lo largo del Golfo de Bengala.
Recuerdos inolvidables y una impresión de verdadera autenticidad se quedarán para siempre en mi cabeza. El pueblo birmano es de una gran gentileza y te encantará hablar con ellos.
El país se está haciendo más turístico, pero creo que aún es posible experimentar ¡un cambio total de escenario!