Pasé un día mágico en la isla de Bilu Gyun. Nos fuimos en bici, sin mapa, a explorar sus alrededores. Solo vimos sonrisas. Los niños nos enseñaron la ciudad, nos ofrecieron agua y accedieron a posar para que les hiciéramos fotos.
La isla de Bilu Guyn es uno de esos lugares auténticos que podrás descubrir durante tu viaje por Birmania si te sales de los típicos itinerarios turísticos. En esta isla te cruzarás con pocos occidentales, y, además, los turistas no pueden quedarse a dormir allí. Nadie (o casi nadie) habla inglés, así que hay que hacerse entender por señas. Eso hace que la visita sea aún más insólita. Como habrás podido entender, la isla de Bilu Guyn, fue todo un flechazo que me hizo caer rendida ante los encantos de los birmanos.
Móntate en tu bici y piérdete por los caminos de esta islita.