Con Yumani, al sur, y Challa, al este, Challapampa forma parte de las 3 aldeas de la célebre isla del Sol. Rodeada por las límpidas aguas del lago Titicaca, Challapampa es una aldea tranquila. Los habitantes de esta comunidad lacustre descienden de los indios aymara y quechua y viven de actividades ancestrales como la artesanía, la agricultura o la pesca así como de una más moderna: el turismo.
Desde Challapampa, siguiendo un sendero pavimentado, podemos descubrir las célebres ruinas de Chincana, especie de construcción de piedra semi subterránea, así como la piedra sagrada de Chicana, a 100 m de allí. Estos impresionantes vestigios fueron en otro tiempo el teatro de ceremonias incas y ¡puede que, incluso, de rituales de sacrificio! Como testimonio, una antigua mesa colocada en el centro de las piedras desgastadas por la erosión y el tiempo.
Para entrar en el territorio de la comunidad de Challapampa, algunos bolivianos te pedirán un derecho de paso. Esta costumbre es muy corriente en Bolivia. No olvides, igualmente, pedir su autorización a los habitantes antes de fotografiarlos.