Majestuosa, no hay otra palabra para definirla sino todas aquellas que expresen grandeza. Hace honor a su nombre, la Cordillera Realy sus montañas son siempre impresionantes. Y ella se impone. Impone el ritmo, suficientemente lento como para no perder el aliento, con esta combinación de frío y de esfuerzo que quema los pulmones, sin parar demasiado para no dejar que el frío nos entumezca. En primer lugar, impone el silencio por sus paisajes, por sus cumbres nevadas que se encuentran en el reflejo de los cristalinos lagos de un frío penetrante.
No subí con cuerdas ni piqueta. Tan sólo quería caminar unos cuantos días y disfrutar del frescor, la soledad y los sobrecogedores paisajes de la Cordillera Real. No me decepcionaron. Tres horas después de haber pisado los elevados senderos, me olvidé de los sudores de Cochabamba y Santa Cruz. Y guardé silencio frente a la grandeza, bajo la protección de Illimani, el segundo pico más alto que se puede admirar en un recorrido por Bolivia.
Encaramada a más de 6.000 metros de altitud, la Cordillera Real puede presumir de ser el techo del mundo en América del Sur. Con sus volcanes nevados, sus estepas despejadas por los vientos y sus apacibles llamas, la Cordillera Real es el paraíso para los senderistas.
Para recorrer el conjunto del macizo montañoso, calcula una semana al menos. Ten en cuenta que para atravesar la Cordillera Real se necesita tener una excelente condición física y una buena preparación. Fuertes desniveles, frío glacial y mal de altura, esos serán tus compañeros de viaje. Mejor prevenir que curar...
Después de un par de días de aclimatación a la altitud de La Paz, la capital más alta del mundo, la caminta hacia el corazón del altiplano pude comenzar. La primera cumbre a la que llegamos es el Illimani, a casi 6.400 metros de altitud. Mejor caminar despacio para ahorrar fuerzas y oxígeno. A lo largo de todo el camino, la diversidad del país se va mostrando con unos paisajes extraordinarios. Tenemos literalmente la cabeza en las nubes.
Algunos días el desafío es mayor que en otros, felizmente nuestro guía nos iba animando y los porteadores llevaban nuestras mochilas a sus espaldas. Tras una semana de caminata llegamos al monte Illampu (6.420 m. de altitud) cerca del lago Titicaca. La ciudad junto al lago será el punto final de este recorrido tan físico. Es difícil describir las sensaciones sentidas cuando uno está "allá arriba", pero mi cabeza está repleta de recuerdos andinos con los que regresaremos hacia La Paz.
Es absolutamente impensable e imposible que un aficionado a la montaña y a las altas cumbre realice un viaje por Bolivia sin sentir la inevitable atracción de la mítica y hermosa cordillera Real.
Claro está que podrás contentarte simplemente admirándola desde La Paz, pero te recomiendo que vayas allí y hagas una marcha de varios días. Existen multitud de rutas disponibles y podrás encontrar recorridos adaptados a tu nivel de experiencia.
Entre los más populares destaca la ascensión a Huayna Potosí, que requiere un buen entrenamiento y unas condiciones físicas excelentes. No obstante, debes saber que si quieres cumplir el sueño de alcanzar los 6 000 metros, esta es una de las cumbres más accesibles del mundo. Te harán falta 3 días para subir el 80 % de la cumbre. Si te parece demasiado alto, puedes optar por hacer una marcha de un día hasta la laguna Chiar Khota. El famoso camino del Inca del Choro y el conocido camino del Inca de Takesi (que se recorren en 2 o 3 días) son absolutamente espléndidos.