Paisajes irreales, un sucesión de lagunas cada una más colorida que la anterior, volcanes ancestrales y desiertos que no acaban nunca... Esa es una imagen del decorado que recorrí en la Ruta de la Joyas durante mi viaje a Bolivia.
La Ruta de las Joyas se recorre en 4x4. En dirección al desierto Siloli, uno de los principales puntos de entrada de la Reserva nacional de fauna andina Eduardo Avaroa. Al llegar a este espacio natural preservado, nos dirigimos a la Laguna Colorada. Sus aguas son rojas por unas algas presentes en el fondo del lago salado. Una horda de flamencos rosas beben apaciblemente a su alrededor.
Tras una noche en un hotel en medio la nada, la ruta sigue. Ponemos rumbo a los géiseres Sol de Mañana. Un importante humo gris se desprende de estos fangosos lagos. En nuestra próxima parada, las termas de Polques, nos podremos dar un baño. ¡Relajarse en agua a 39º C es un verdadero placer! Algunas horas más de camino y llegamos a Laguna Verde a los pies del volcán Licancabur...
¿Si tuviese que resumir en un frase la Ruta de la Joyas? ¡Un viaje onírico a los tesoros naturales del sur de Bolivia!