Al entrar, el templo de Edfu me pareció un lugar imponente. Está muy bien conservado. En él se pueden ver los distintos elementos de un templo de esta época, a pesar de ciertas restauraciones efectuadas sobre el mismo.
La entrada monumental nos permite acceder a un patio rodeado de pórticos. La estatua de Horus, hecha de granito, nos permite familiarizarnos con el dios halcón. El patio comunica con una sala hipóstila y, a continuación, se puede acceder a diversas estancias y capillas anexas.
Me encantó observar la disposición del templo y de los elementos intactos que alberga. Las columnas con capiteles florales son magníficas. Las inscripciones grabadas sobre los muros muestran el rito seguido para rendir culto a Horus. Su estado de conservación es impresionante si lo comparamos con el de otros monumentos que visité durante mi viaje por Egipto.
Situada a medio camino entre las localidades de Luxor y Asuán, la ciudad de Edfu supone una etapa ideal en un viaje por el sur de Egipto. La ciudad es relativamente agradable, tranquila y aireada, extendiéndose a lo largo del Nilo.
Esta población destaca sobre todo por el magnífico templo de Horus, seguramente uno de los monumentos mejor conservados de todo el país. Es el segundo templo de Egipto en importancia. Tardó más de dos siglos en construirse. Recomiendo a todos los viajeros ir a visitar este templo grandioso durante su estancia en Egipto.
El templo de Edfu, construido en el año 237 a. C., se erigió en honor del dios Horus, con cabeza de halcón, una figura emblemática de la mitología egipcia. La visita al templo es absolutamente impresionante.
El templo de Horus en Edfu es un monumentoque vale la pena ver en tu viaje por Egipto: data de la época ptolemaica; el Horus de Edfu era una divinidad solar que le valió a la ciudad su antiguo nombre de Apollonopolis Magna. Fíjate a la entrada del sitio en la monumental columna de más de 30 metros de altura y en las dos enormes estatuas de halcones hechas de granito.
Me quedé fascinado por el patio de las ofrendas del templo de Horus: está rodeado de unas treinta columnas monumentales y de bajorrelieves que decoran los muros. Según vamos avanzando hacia el interior del templo, se tiene la impresión de que el suelo comienza a alzarse. Lo más destacado del templo es el santuario de Horus: la nave, un monolito de granito negro de 4 metros de altura.
Para alargar tu visita a Edfu, te recomiendo ir a los zocos, a unos cuantos kilómetros del templo, y después acercarte al Nilo, en donde podrás comer en uno de los restaurantes bañados por el frescor del río.