Con sus tejados rojos reflejados en el río Drava Ptuj (que se pronuncia «Ptuill») es una localidad pintoresca y llena de encanto. Sin embargo, cuesta imaginar que hace algunos siglos la ciudad rivalizaba con Liubliana, la capital del país, ya que, con una población de unos 17.000 habitantes, es más bien un pueblo rural grande.
Aun así, sobre todo paseando por su centro, me di cuenta de la importancia histórica de esta ciudad, que tenía casi 40.000 habitantes durante la dominación romana, antes de ser completamente destruida y luego reconstruida a partir del siglo IX. Allí pude ver un agradable laberinto de callejuelas que iban a dar a distintas plazas, con bonitas viviendas góticas.
La región de los alrededores también es bastante agradable, así que Ptuj puede ser un buen campamento base durante tu viaje por Eslovenia, aunque quizá te aburras rápido.