Qué hermoso río de montaña, y qué paisajes tan impresionantes. El valle de Pirikitis Alazani es de una belleza deslumbrante. Salpicados por fantásticos pueblos de pastores, y poblado por ovejas y hombres a caballo, se respira el ambiente pastoral antgiuo y parece haber permanecido intacto desde hace siglos.
Tuve la impresión de hacerme con toda la grandeza mineral de la naturaleza del Cáucaso subiendo por el valle de Pirikiti, hasta la frontera chechena. De Dartlo a Girevi, y pasando por Parsma, hay que planear una jornada de caminata que hora tras hora te lleve a un lugar cada vez más solitario en el universo. Ovejas, perros pastores del Cáucaso, hombres a caballo orgullosos y acogedores, todo da la impresión de volver a los valores más simples y esenciales de la vida humana al aire libre.
Más allá de la última aldea, Girevi, yendo a buscar las fuentes de este tumultuoso río que ha surcado este profundo y escarpado valle en V, me invade la sensación de llegar a los confines del mundo civilizado. Increíble recorrido por el corazón del Cáucaso pasando por el desfiladero que domina Tusheti y Khevsureti, dos regiones legendarias del país...