Pasé por Sadakhlo numersosas veces al realizar el trayecto en marchroutka de Tbilissi a Erévan. Principal puesto fronterizo entre los dos países, es un paso casi obligado.
Además de las largas esperas para obetener una visa de parte de los guardias armenios, las pipas peladas que compartimos con los demás pasajeros que esperaban, o algunas conversaciones agradables con los soldados, el pueblo fronterizo de Sadakhlo no me dejó un recuerdo memorable.
El contraste entre las idas y venidas fronterizas, a menudo de una capital a otra, la pobreza de los agricultores azeríes de la región, con asnos y carretas, me sorprendieron bastante; así como el mercado en la frontera del pueblo, muy animado y con aires orientales, aunque también muy pobre. Para el visitante, Sadakhlo será una etapa de paso rápida, un tanto curiosa, un trozo de Azerbaiyán haciendo de intermedio entre Georgia y Armenia, como si fuese una miniatura del sur del Cáucaso...