No tenía pensado parar en este pueblecito durante mi viaje a Guatemala, pero la idea de hacer algo de equitación en aquellos paisajes tan bonitos me hizo cambiar rápido de opinión. Compuesta de algunas casas desperdigadas por la Sierra de los Cuchumatanes, Chancol es una tranquila localidad donde el tiempo parece detenerse.
En cuanto a mí, había decidido alojarme en la única granja-albergue de la zona para hacer una excursión a caballo con los propietarios de aquellas tierras. Luchando contra el frío, especialmente duro aquel invierno, salimos a explorar los alrededores. Formados por una mezcla de grandes extensiones salvajes, una vegetación silvestre y unos tranquilos pastos, los paisajes de Chancol son de una belleza impresionante. Aunque están algo aislados de los típicos sitios turísticos, creo que una visita a los Cuchumatanes le encantará a todos los que estén buscando un viaje tranquilo de naturaleza. También es un alto en el camino perfecto para visitar el tradicional pueblo de Todos Santos.